Así son los tratamientos para trastornos alimentarios
Los trastornos alimenticios a priori pueden entenderse como meros desórdenes en el hábito de comer. Sin embargo, esta consideración es errónea: realmente son enfermedades cuyos síntomas principales son la alteración de la propia imagen corporal (la cual se percibe de un modo completamente distorsionado e irreal), el miedo exacerbado a subir de peso y la adopción de un conjunto de principios que vienen, en última instancia, a justificar las conductas alimenticias desordenadas a través de las cuales se manifiesta el trastorno.
Aunque existían antes del surgimiento de la cultura de masas, ha sido esta variable, con sus cánones de belleza impuestos por medio de la publicidad, la causante del aumento de personas que los padecen. No obstante, en este post nos centraremos en algunos tratamientos para trastornos alimentarios.
Tratamiento para la bulimia
En primer lugar, hay que tener en cuenta que buena parte del tratamiento se llevará a cabo en función de las particularidades y necesidades de cada individuo. Así, dado que la bulimia consiste en la repetición de episodios de atracones y purgas provocadas, hay que recurrir a terapias como la cognitivo-conductual.
Durante su transcurso, el paciente es instado a concentrarse en el problema que supone el trastorno y a buscar el modo de resolverlo, claro está, con la ayuda del psicólogo. De este modo se llega a discernir entre los pensamientos basados en percepciones irreales de su propio físico y aquellos que surgen de realidades objetivas, hasta que las viejas creencias y valores son reemplazados de manera natural por unos nuevos, más sanos y positivos.
Tratamiento para la anorexia
En el caso de la anorexia el tratamiento suele atravesar, en el grueso de los casos, tres fases bien diferenciadas. En primer lugar hay que procurar por todos los medios que el paciente recupere un peso dentro de límites razonables.
Tras ello, el procedimiento a seguir es similar en muchos puntos al empleado en casos de bulimia, con la particularidad de que el terapeuta aborda los problemas psicológicos que constituyen la raíz del trastorno con el objetivo de comenzar a reducir progresivamente las conductas y pensamientos que desembocan en la evitación radical de la comida.
Para ello muchas veces es conveniente alternar entre sesiones individuales de psicoterapia y sesiones grupales, ya sea con otras personas con anorexia o, incluso, con familiares.
Trastornos alimenticios infantiles
Los niños presentan una mayor vulnerabilidad ante este tipo de trastorno. Para entender el peligro al que están expuestos, tengamos en cuenta el modo en que los primeros años de vida determinan la personalidad y las conductas futuras. Por ello, es de extrema importancia prevenir la aparición de este tipo de trastornos estableciendo pautas ordenadas y positivas de ingesta de comida y, a ser posible, comiendo en familia al menos dos veces al día.